El proyecto de Tizón nace por la búsqueda de la excelencia en la gastronomía, a través del producto. Muchos son los factores que interactúan para que un plato sea bueno, pero el producto siempre está a la base de todo.
Nuestro concepto se basa en el cuidado de la materia prima, en todas las fases de su preparación.
El proyecto de Tizón nace por la búsqueda de la excelencia en la gastronomía, a través del producto. Muchos son los factores que interactúan para que un plato sea bueno, pero el producto siempre está a la base de todo.
Nuestro concepto se basa en el cuidado de la materia prima, en todas las fases de su preparación.
No hay ningún ingrediente en nuestras cocinas que no haya sido elegido cuidadosamente y traído de forma expresa desde su origen. De igual manera, hemos decidido que un producto tan especial como el que queremos ofrecer a nuestros clientes, solo puede ser cocinado en parrillas y de forma tradicional.
No hay ningún ingrediente en nuestras cocinas que no haya sido elegido cuidadosamente y traído de forma expresa desde su origen. De igual manera, hemos decidido que un producto tan especial como el que queremos ofrecer a nuestros clientes, solo puede ser cocinado en parrillas y de forma tradicional.
Pucho Landin, natural de Pontevedra y formado en la escuela Carlos Oroza, nada más terminar su formación se unió al equipo de Culler de Pau en el año donde obtuvo su primera estrella Michelin. Tras una temporada en O Grove, decidió ir a Madrid a seguir formándose en diferentes conceptos gastronómicos. Desembarcó en StreetXO, donde se especializó en una cocina más informal con sabores viajeros, de ahí pasó a formar parte de DiverXO, donde siguió su especialización en una cocina viajera que integra diferentes técnicas.
En la búsqueda de seguir aprendiendo y sin querer perder su esencia gallega, Pucho se incorpora al equipo de Restaurante Lúa donde colabora en la consecución de su primera estrella Michelin.
Llegado a este punto, decide embarcarse en proyectos personales como Furtivos, Sargo y la puesta en marcha de Bar Carallo.
Tras ser partícipe de diversos conceptos, la propuesta en la que se quiere centrar es en la de ofrecer el mejor producto posible, sin artificios, donde la materia prima es la principal protagonista. Para ello cree que la mejor técnica es la de la brasa, volviendo al origen del fuego como principal método de cocción.
Por ello, decide embarcarse en Tizón, donde su obsesión será la de conseguir la mejor materia prima y tratarla con el máximo respeto en las brasas.
Pucho Landin, natural de Pontevedra y formado en la escuela Carlos Oroza, nada más terminar su formación se unió al equipo de Culler de Pau en el año donde obtuvo su primera estrella Michelin. Tras una temporada en O Grove, decidió ir a Madrid a seguir formándose en diferentes conceptos gastronómicos. Desembarcó en StreetXO, donde se especializó en una cocina más informal con sabores viajeros, de ahí pasó a formar parte de DiverXO, donde siguió su especialización en una cocina viajera que integra diferentes técnicas.
En la búsqueda de seguir aprendiendo y sin querer perder su esencia gallega, Pucho se incorpora al equipo de Restaurante Lúa donde colabora en la consecución de su primera estrella Michelin.
Llegado a este punto, decide embarcarse en proyectos personales como Furtivos, Sargo y la puesta en marcha de Bar Carallo.
Tras ser partícipe de diversos conceptos, la propuesta en la que se quiere centrar es en la de ofrecer el mejor producto posible, sin artificios, donde la materia prima es la principal protagonista. Para ello cree que la mejor técnica es la de la brasa, volviendo al origen del fuego como principal método de cocción.
Por ello, decide embarcarse en Tizón, donde su obsesión será la de conseguir la mejor materia prima y tratarla con el máximo respeto en las brasas.